Tuesday, December 31, 2013

Rosamel del Valle - El corazón sumergido (Feliz año 2014)

El Corazón Sumergido

I

Venid, agua de vientre obscuro, raíz de la luz
En eternidad y vaso necesario para el oído.
Venid, haz y corona de jóvenes chispas de aire
Y pupila del hombre frío que empieza a invadir
Sombra y resplandor, nada y violencia y sitio
Para el hueso y para la ansiedad de la carne,
Transformada en pájaro de fuego y grano del cielo.
Herido en su sangre y permanecer como el espanto
Que habla con largas raíces en la boca y un rayo
En la mano del corazón.

II

Es el hombre, una lámpara en dos pies
Y dos alas y vidrio y tiniebla alrededor.
Abramos los ojos, las sienes, los tallos, las piernas,
Las puertas del cuerpo y de la obscuridad.
Rosamel del Valle.........

Monday, December 30, 2013

Franz kafka - El híbrido


El Híbrido ---------Franz Kafka
 
Tengo un animal curioso mitad gatito, mitad cordero. Es una herencia de mi padre. En mi poder se ha desarrollado del todo; antes era más cordero que gato. Ahora es mitad y mitad. Del gato tiene la cabeza y las uñas, del cordero el tamaño y la forma; de ambos los ojos, que son huraños y chispeantes, la piel suave y ajustada al cuerpo, los movimientos a la par saltarines y furtivos. Echado al sol, en el hueco de la ventana se hace un ovillo y ronronea; en el campo corre como loco y nadie lo alcanza. Dispara de los gatos y quiere atacar a los corderos. En las noches de luna su paseo favorito es la canaleta del tejado. No sabe maullar y abomina a los ratones. Horas y horas pasa al acecho ante el gallinero, pero jamás ha cometido un asesinato.

Lo alimento a leche; es lo que le sienta mejor. A grandes tragos sorbe la leche entre sus dientes de animal de presa. Naturalmente, es un gran espectáculo para los niños. La hora de visita es los domingos por la mañana. Me siento con el animal en las rodillas y me rodean todos los niños de la vecindad.

Se plantean entonces las más extraordinarias preguntas, que no puede contestar ningún ser humano. Por qué hay un solo animal así, por qué soy yo el poseedor y no otro, si antes ha habido un animal semejante y qué sucederá después de su muerte, si no se siente solo, por qué no tiene hijos, como se llama, etcétera.

No me tomo el trabajo de contestar: me limito a exhibir mi propiedad, sin mayores explicaciones. A veces las criaturas traen gatos; una vez llegaron a traer dos corderos. Contra sus esperanzas, no se produjeron escenas de reconocimiento. Los animales se miraron con mansedumbre desde sus ojos animales, y se aceptaron mutuamente como un hecho divino.

En mis rodillas el animal ignora el temor y el impulso de perseguir. Acurrucado contra mí es como se siente mejor. Se apega a la familia que lo ha criado. Esa fidelidad no es extraordinaria: es el recto instinto de un animal, que aunque tiene en la tierra innumerables lazos políticos, no tiene un solo consanguíneo, y para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros.

A veces tengo que reírme cuando resuella a mi alrededor, se me enreda entre las piernas y no quiere apartarse de mí. Como si no le bastara ser gato y cordero quiere también ser perro. Una vez -eso le acontece a cualquiera- yo no veía modo de salir de dificultades económicas, ya estaba por acabar con todo. Con esa idea me hamacaba en el sillón de mi cuarto, con el animal en las rodillas; se me ocurrió bajar los ojos y vi lágrimas que goteaban en sus grandes bigotes. ¿Eran suyas o mías? ¿Tiene este gato de alma de cordero el orgullo de un hombre? No he heredado mucho de mi padre, pero vale la pena cuidar este legado.

Tiene la inquietud de los dos, la del gato y la del cordero, aunque son muy distintas. Por eso le queda chico el pellejo. A veces salta al sillón, apoya las patas delanteras contra mi hombro y me acerca el hocico al oído. Es como si me hablara, y de hecho vuelve la cabeza y me mira deferente para observar el efecto de su comunicación. Para complacerlo hago como si lo hubiera entendido y muevo la cabeza. Salta entonces al suelo y brinca alrededor.

Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable.

Saturday, December 28, 2013

Prometeo - Gonzalo Rojas (Del relámpago)

Prometeo
Los dioses lo olvidaron, las águilas lo olvidaron, él mismo se olvidó.
Kafka





No hubo temblor. Ni se partía el cielo.
De pronto salió el sol por la copa del Árbol.
Pudo verse un instante que el Árbol era un hombre
y que la concurrencia sólo eran sus ideas,
porque no había nadie en la montaña
sino las últimas estrellas
y el aire era una inmensa pesadilla.



De Del relámpago (México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1981)