Saturday, January 28, 2012

Georg Trakl



Elis

I

Vollkommen ist die Stille dieses goldenen Tags.

Unter alten Eichen

Erscheinst du, Elis, ein Ruhender mit runden Augen.

Ihre Bläue spiegelt den Schlummer der Liebenden.

An deinem Mund

Verstummen ihre rosigen Seufzer.

Am Abend zog der Fischer die schweren Netze ein.

Ein guter Hirt

Führt seine Herde am Waldsaum hin.

Oh! wie gerecht sind, Elis, alle deine Tage.

Leise sinkt

An kahlen Mauern den Ölbaums blaue Stille,

Erstirbt eines Greises dunkler Gesang.

Ein goldener Kahn

Schaukelt, Elis, dein Herz am einsamen Himmel.

II

Ein sanftes Glockenspiel tönt in Elis' Brust

Am Abend,

Da sein Haupt in schwarze Kissen sinkt.

Ein blaues Wild

Blutet leise im Dornengestrüpp.

Ein brauner Baum steht abgeschieden da;

Seine blauen Früchte fielen von ihm.

Zeichen und Sterne

Versinken leise im Abendweiher.

Hinter dem Hügel ist es Winter geworden.

Blaue Tauben

Trinken nachts den eisigen Schweiß,

Der von Elis' kristallener Stirne rinnt.

Immer tönt

An schwarzen Mauern Gottes einsamer Wind.


(http://www.gedichte.co)

Friday, January 27, 2012

Иосиф Бродский (Joseph Brodsky)

БАБОЧКА
I
Сказать, что ты мертва?
Но ты жила лишь сутки.
Как много грусти в шутке
Творца! едва
могу произнести
"жила" - единство даты
рожденья и когда ты
в моей горсти
рассыпалась, меня
смущает вычесть
одно из двух количеств
в пределах дня.

Traduccion: Victor Toledo
( http://circulodepoesia.com)

LA MARIPOSA

I

¿Decir que tú estás muerta?

Tan sólo viviste una jornada.

Cuánta tristeza hay en la broma del Creador

Apenas puedo articular “vivió”:

Unidad de la fecha del nacimiento

Y de cuando en mi mano te deshiciste.

A mí me desconcierta restar

Una de las dos cantidades

A los confines del día.


Saturday, January 21, 2012

George Trakl


Ocaso
(qinta-versión)
A Karl Borromaeus Heinrich

Sobre el blanco estanque
han pasado de largo las aves salvajes.
De nuestras estrellas sopla un viento helado al atardecer.

Sobre nuestras tumbas
se comba la quebrada frente de la noche.

Bajo robles balanceamos en una barca argéntea.

Siempre resuenan los blancos muros de la ciudad.
Bajo arcos de espinos,
hermano mío, ascendemos, ciegas agujas, hacia la medianoche.


Queja

Sueño de muerte, las lúgubres águilas
baten toda la noche su rumor en torno a esta cabeza:
a la imagen aúrea del hombre
devoraría la onda helada
de la eternidad. En arrecifes tenebrosos
se destroza el cuerpo púrpureo
y la oscura voz se queja
sobre el mar.
Hermana de tempestuosa tristeza,
mira: una barca angustiosa se hunde
bajo las estrellas,
bajo la faz silenciosa de la noche.


Los gitanos

Arde el anhelo en su mirada nocturnal
hacia aquel hogar, que no verán un día.
Así los arrastra un destino fatal
que tan sólo sondea la melancolía

Las nubes de los caminos a ellos van abriendo,
un bando de aves a veces los acompaña,
hasta ir en la tarde su rastro perdiendo,
y a veces en el viento una campana taña

en la de sus tiendas soledad estrellada,
que así con más anhelo sus canciones crece,
de maldición sollozan, de pena heredada
que ninguna estrella de esperanza esclarece.