Sunday, August 15, 2010

Sueño

Soñé con un gran cometa que se acercaba a la tierra. ibámos en un bus dirección coquimbo desde el balneario de la Herradura. El paisje era antiguo y la noche clara. El cielo opacado por el brillo del asteroide. Entonces no existían casas en el camino. Vi pasar por encima a aquel cuerpo celeste y divisé cada una de sus grietas y espacios, De cada una de ellas, luz emanaba y se perdía lejos. Inevitablemente el asteroide impactó cerca de la trayectoria del bus. La explosión pudo ser apreciada desde una gran distancia. Una especie de hongo con mucho calor. Nos arrojó lejos, pero había descendido del bus a tiempo. Al caer, por suerte no fui agredido por ningún metal. caí y el resto del camino fue nadar por un mar que se había salido. Costaba avanzar pero de algún modo yo lo hacía con facilidad. Tiempo después, nos congregaríamos en un playa de mares azules y misteriosos. Tras los riscos nadie había ido aun, sin embargo, cuando nos preparábamos para entrar al agua una familia surgió desde el bloque final de rocas inexploradas. Pregunté por el idioma en el cual hablaban pero no era ninguno que yo dominara.
Los peces eran grandes, las olas refrescaban había que tener respeto pero no miedo

Para escribir algo hay que tener el cuerpo rasgado y ser persistente en la sordera, o más bien en la ausencia del tacto. Muchos han gastado esfuerzos en definir y medir el tiempo, asombrando y obteniendo el resultado final de la admiración. Un conocido una vez me dijo que lo más importante en un poema era el título. Tenía que ser sugerente y definir el curso del poema ya que era lo primero que le salía al encuentro del lector. Debía recibirlo con los brazos abiertos. Obviamente el escribía para otros. Yo nunca dí con títulos exigentes. Deden ser las arañas que trepan por mi cabeza. La verdad es que yo mas bien lo hacía con la esperanza que mis poemas se fueran volando, maduraran la voz y desfiguran así, su arquitectura. Construyéndose así mismos. Con la esperanza de que regresaran a mi como ecos perdidos y voz nueva. Irreconocibles para mi oído y de algún modo me lavaran los ojos y me tendieran una mano.